Hoy inauguro una nueva sección en este blog…
De historias limadas.
Ésta la escribió él, no con puño y letra porque me la mandó por mail… pero bue, el que me conoce se va a dar cuenta que la forma de escribir no es la mía. Y lo peor es que una de las historias que me contó, en vivo y en directo, me dijo que la tengo que escribir yo con el mismo nivel =/
Con ustedes… la primera historia del Comandante: «El Perro»
No lo van a poder creer, trás la partida del bar (cuyo nombre no recuerdo) el sábado pasado, nos dirigimos hacia el auto de mi amigo (Mauro, el que estaba conmigo) y nos subimos sin mayores problemas, trás un precalentamiento previo del motor del mismo iniciamos la partida hacia otros pagos, pero a escasos metros del lugar de partida nos cruzamos con un inconsciente ser de cuatro patas, cola y hocico (generalmente conocido con el nombre de “perro”). El hecho en si esta de más comentarlo, pero, para aquellas almas ávidas de información sin sentido pasaré a contar todo el suceso.
Como supondrán, atropellamos al pobre can, y sin más que dejarnos llevar por tan terrible acontecimiento nos bajamos del refugio que instituía el auto, para sorpresa nuestra nos percatarnos de que el damnificado no estaba solo en este mundo, venia acompañado por un personaje alto, de pronunciada panza y bellos ojos azules, que al grito de ”paqui” se sumió en llantos y gritos.
El hecho de por si sería triste, flashero, propio de un capítulo de la dimensión desconocida, pero esperen, no todo está dicho.
Trás tanto escándalo y gritos, comenzó a asomarse de los bares circundantes, gente con no más que la curiosidad de saber que hecho espantoso podría arrancar tan tristes lágrimas.
Luego de veinte minutos de teatro, estábamos mi amigo (Mauro), el auto parado en la mitad de la calle, una fila de autos esperando pasar, cerca de 50 personas, los valet parking improvisados, el perro aplastado, el dueño, los gritos, las lágrimas y yo, todos en una situación más que inesperada.
El dueño del perro, al ver que su mejor amigo no se movía, susurró “voy a llamar a la ambulancia”, ¿para qué?, buscando un cómplice lo miré a mi amigo y comencé a reírme de manera desconsolada, contagiando la risa a todo ser que estaba a no más de veinte metros, o sea que todos nos cagamos de risa, pero el tipo realmente sacó un celular y llamó a alguien.
Después de 25 minutos de la llamada, arribó al lugar de los hechos una ambulancia canina (se los juro) puso al perro en una camilla, se subieron a la misma y partieron.
Lo peor de todo es que el auto (creemos que por intervención divina) no arrancó, con lo cual tuvimos que abandonarlo en San Telmo y partir en un taxi.
De onda, nada como escucharlo en vivo y en directo!
Ojala que choque con un perro de vuelta pero vuelque
esa historia no es de tu amigo,lo sacaste de una peli,llamada el perro!!!! bobos
AGUANTE NICO!!!!!!
LO MAS GRANDE QUE HAY SON LAS HISTORIAS VERÍDICAS DE NICO
No te olvides la del «GORDO NUBE»
Nos vemos
Javi Rockstar!!!!
Eso es lo que pasa cuando sos un insensible que te chupa un huevo haber pisado a un perro.