Proyecto «Desangustiarme»

Vuelvo a escribir.
Creo que es lo que necesito y es lo que me gusta hacer.

«No estoy bien, puede ser… pero si me detengo veré mi cadáver bajo mis pies»

Tengo mucha angustia adentro.
Pero ¿por qué?.
Eso fue lo que me preguntaron cuando no paraba de llorar.
– ¿qué te pasa? ¿por qué lloras?
Y yo no sabía decir por qué.
¿Por cual de toda las cosas que me angustian estoy llorando ahora?

A fines de agosto tome una mala decisión. Abandoné la terapia.
La abandone por un tema económico, se me terminaron las sesiones gratis y prefería gastar esos $200 que me iba a costar por mes en ir a natación y al gimnasio.
Pensé que una cosa podía reemplazar a otra y que después de tantos años de terapia aprendí a psicoanalizarme a mi misma.
¡Que ilusa!
Abandone el espacio que me dio tanto. El lugar donde me conocí y aprendí a tenerme respeto. Ese respeto que no tuvieron conmigo desde mi infancia.

Hace casi 2 semanas sufrí el famoso «ataque de pánico«.
Yo pánico no sentí, yo sentía (y siento) mucha angustia, mucha tristeza… pero bueno, se ve que lo encuadran dentro de esa patología.
Fue algo que apareció por un episodio cotidiano: esperando en la parada de un colectivo 40 minutos viendo como pasaban llenos sin parar. Al quinto que pasó con lugar y no paró empecé a desesperarme. La respiración empezó a acelerarse. Cuando logré subirme a uno empecé a llorar y ahí no pude parar.
Me bajé en el negocio de mi novio, necesitaba un abrazo.
Me dijo que así no podía ir a trabajar. No le hice caso.
Tampoco le hice caso a mi hermana… y así cuando llegué al trabajo la cosa empeoró.

El resto de la historia es conocida… médico a domicilio, pastilla ansiolitica de marca reconocida y licencia.

Ese mismo día llamé a la que fue mi psicóloga y coordiné empezar de nuevo lo antes posible.