C de Comunicación

En dos días cumplo 29 años. Si, poco más de 365 días me separan de las tres décadas. Ni por un momento, cuando era más joven, creí que iba a terminar viajando en un motorhome con mi pareja y nuestras dos perras salchichas con el sueño de unir Buenos Aires – Ushuaia – Alaska. ¡Pero ni cerca!

Y ahora, estoy acá. Sentada frente a la computadora escribiendo y preguntándome «¿Cómo creía que iba a ser de grande?». A ver… veamos.

Desde muy chica me gustó el tema de la comunicación.

No logré encontrar una foto del equipo de música que tenía 🙁

Cuando tenía 9/10 años jugaba a hacer un programa de radio con el equipo de doble cassettera que había en mi casa. ¡Me encantaba! Ponía un cassette con música de un lado y otro para grabar del otro. Escribía en una especie de hoja de ruta dónde ponía un pronóstico del tiempo, pegaba algún que otro horóscopo y algún articulo de las revistas que encontraba en el revistero del baño. Respiraba profundo, ponía «REC» de un lado y «Play» del otro para que comience a sonar algún tema que era la cortina de música. Después con «pausa» paraba la música y comenzaba a hablar yo, la locutora improvisada. Después ponía pausa a la grabación para buscar otro tema de música. En esa época, por si me están leyendo chicos que tienen menos de 18 años (o 15) había que buscar los temas de música: «adelantar» – «stop» – «play» – «pucha me pase» – «rebobinar». Y si tenías un equipo a pilas la forma de adelantar/rebobinar sin gastar batería era con la lapicera bic.

¡Cómo me molestaba cuando en la radio pisaban los temas de música que quería grabar!

Cuando encontraba el comienzo del tema ponía pausa, apretaba «play» y «rec» del otro lado y presentaba el tema musical y soltaba la pausa del otro para pisar un poco el tema, como se hace en las radios, obvio.

Si, mi primer sueño era ser locutora de radio. Pero de grande mi voz no me ayudó y no tuve los ovarios bien puestos para ir detrás de ese sueño. Me dijeron «tenes una voz difícil, chillona y aguda, te va a costar» y me quede con eso. En su momento no me importó porque tenía otro sueño de back up.

Edificio de «La Nueva Provincia» en Bahía Blanca. En esa misma cuadra está el club Olimpo a donde iba todos los días a realizar diversas actividades físicas y la iglesia donde tomé la comunión.

Otra de las cosas que me encantaba, y encanta, es leer y yo siempre que podía leía el diario. En mi casa no se compraba, así que tenia que aprovechar cuando iba a la casa de alguien y leer uno aunque sea del mes anterior. Vivía en Bahía Blanca y no me olvido más la excursión con la escuela a el diario «La Nueva Provincia». Fue antes que la radio. Tenía 8 años porque fue en tercer grado. «Cuando sea grande quiero ser periodista y escribir noticias para el diario».

En julio de 1996 vinimos a Buenos Aires para las vacaciones de invierno y visité a una de mis tías. Su casa estaba llena de libros, fotocopias, lapiceras. Cuando le pregunté que estaba estudiando me contestó «Ciencia de la Comunicación». ¡Guau! ¡Eso es lo que quiero estudiar! Y desde ese momento, con 11 años, ya sabía que carrera iba a elegir cuando terminara la secundaria. Si, estando en sexto grado ya pensaba en quinto año.

La televisión nunca me llamó la atención sino hasta los 15 años. Veía el noticiero a la noche e imaginaba estar ahí, dando las noticias del día. De hecho, todavía tengo guardado en mi caja de recuerdos un dibujo que hice en esa época cuando me pidieron que me dibujara 10 años después trabajando de lo que quisiera. Era como una Cristina Perez o Monica Gutierrez.

Ahora que veo este dibujo me doy cuenta que algo así hago en el viaje.

Siguieron los años y yo estaba segura de lo que quería estudiar y que quería trabajar en algún medio de comunicación. No importaba si era gráfica, radio o televisión. De hecho, cuando vine a vivir a Buenos Aires se busco un colegio secundario que dentro de los bachiller tuviera la orientación «Ciencias de la Comunicación».

Ya en quinto año, y con 17 años, me orienté a querer seguir por la rama de «periodismo de investigación». Era la época que estaban los programas «kaos en la ciudad» y «punto doc», entre otros, y me encantaban. Yo quería hacer lo mismo, sacarle la careta/mascara a todos los corruptos, sabía que es de alto riesgo serlo pero no me importaban las consecuencias. Todavía no tenía miedo, no era muy consciente je.

Facultad de Cs Sociales, sede Ramos Mejia. Tras largas luchas pidiendo por un edificio unico (la otra sede esta  en Marcelo T de Alvear) hoy se cursa Ciencias de la Comunicación en el barrio de Constitución. Pero yo cursé aca.

Terminé el secundario y me metí de cabeza en el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires. Después de dos cuatrimestres intensos, ingresé a la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales. Todo muy lindo, pero cuatrimestre a cuatrimestre fui perdiendo el interés. ¿Será que descubrí que la realidad iba en contra de mi idea? Lo que se, es que mes a mes, materia a materia, empece a sentirme lejos de la carrera. Me preguntaba de que iba a trabajar y no sabía que contestar: «es tan amplio lo que uno aprende que puede ejercer en varias ramas. ¿Entonces? ¿Qué hago cuando termine la carrera? Y así un sin fin de preguntas y en un difícil momento en el que no podía disfrutar de lo que estudiaba (un poco porque trabajaba 9/10hs por día y otro poco porque no sabía que iba a hacer) me hicieron alejarme y terminar abandonando la carrera que, teóricamente, estaba destinada para mi.

Fue un momento difícil, súper difícil. Y hasta hoy a veces me arrepiento. En ese momento lo viví como que estaba dejando mi sueño de lado, me deje vencer. Pero seguí caminando, transitando con esa mochila en la espalda.

Después me picó el bicho de querer estudiar «Organización de Eventos», y lo hice porque fue re fácil para mi. No es por desmerecer ni nada, pero ni estudiaba para los parciales. Me gustaba sobre todo cuando organizábamos eventos y yo estaba en el comité ejecutivo. Y si, tengo carácter para eso y, si bien en un momento me volvía loca porque todos recurrían a mi y tenia que estar on line las 24hs, creo que con el tiempo podría aprender a desligar responsabilidades y relajarme para disfrutar más.

Terminé, pero no ejercí. Es más, me recibí en el 2010 y todavía no fui a buscar el titulo. Si, de terror. En la semana lo voy a buscar. Quien dice, en cualquier momento lo puedo precisar.

O sea, que a lo largo de mi vida fui abandonando esas ganas de ser que tenía por miedos, criticas, etc. Hasta que, por suerte, me encontré con Alejandro que me enseño a no tener miedo, a no escuchar las criticas y a seguir para adelante. Cuatro años y medio le costó convencerme de que podíamos vivir viajando, de que podíamos corrernos del mandato social. Y así empezó el gran cambio de nuestras vidas, el día que decidimos hacerlo y empezamos a trabajar para ello.

Hoy, después de un año y unos días de haber salido a la ruta no me arrepiento. O si, de no haberlo hecho antes y de no haberme animado a creer y pelear por lo que quería ser. Pero no quiero estar más lamentando por lo que no fui sino trabajando en lo que soy y en lo que quiero ser.

Junto a viajar se despertó nuevamente mi amor por la escritura. De hecho este blog, en unos meses, cumple 10 años y tiene mas de 400 publicaciones. Pasa que hubo un lapso en que lo abandone, justo cuando deje la carrera también y me deje llevar por «lo que debe ser». Pero siempre me gusto escribir, leer, hablar, observar, escuchar y celebro que este viviendo un sueño dentro de otro y que no paren de haber proyectos alrededor mio sobre temas relacionados a la comunicación. 

Tenía que escribir sobre una idea que contenga una palabra con «C». Con motivo de próximo cumple empece con la idea de «C de Crecer» y ahora cuando llego a estas lineas lo cambié por «C de Comunicación», cuando haga una segunda vuelta de «días de abecedario», ¿de qué será?