La rutina de la desesperación

Buscar paz, tranquilidad y armonía se convierte en un callejón sin salida.
Escrita el 22 de septiembre de 2016
Inicio 9 Diario (no) íntimo 9 La rutina de la desesperación
 
Tengo tantas cosas para soltar. 
 
Me brotan. Me inundan. Me ahogan.
 
Me siento en una licuadora encendida en la máxima potencia.
 
A veces me escucho pedir paz, tranquilidad y armonía.
 
 
 
Las tres juntas.
 
Sí.
 
¿Qué es la paz?
O
 
¿Qué nos hicieron creer que es la paz?
 
¿Existe?
 
¿Y cuándo se logra sentir tranquilidad?
 
¿Tengo que volverme agua para convertirme en lago?
 
E incluso el lago no debe saber qué es la tranquilidad.
 
Siempre hay alguien que juega a tirarte piedras.
 
¿Y la armonía? ¿Qué es la armonía?
 
¿Es de adentro hacia afuera o de afuera hacia adentro?
 
Y así los días.
 
Buscando “paz”, “tranquilidad”, “armonía”.
 
Una primavera con sabor a nostalgia.
 
El sol que sigue dando vueltas.
 
Y la luna es testigo.
 
 
No todas las preguntas fueron hechas para tener una respuesta.
 
 
 
 
 
Imagen destacada: Foto de KoolShooters en Pexels

 

0 comentarios

Trackbacks/Pingbacks

  1. Historias en seis palabras | Me Hace Bien Escribir - […] con mi padre ya me cansa un poco. Sí… uno se puede cansar del dolor y de estar buscando respuestas…

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Otros textos que escribí y te pueden interesar…

Cuando el mundo se detuvo

Cuando el mundo se detuvo

Escribo para dejar registro de lo que pasó desde el 8 de abril a hoy. Escribo para entender, procesar e intentar resignificar esta nueva experiencia que me puso a prueba en todos los sentidos.

leer más
27 años de aquel día

27 años de aquel día

Hay días en la vida que nunca podremos olvidar. Momentos en los que parece que el tiempo se detuvo. Que nos morimos pero seguimos vivos.

leer más
Celebro cumplir 39 años

Celebro cumplir 39 años

Un mes antes de cumplir 15 años dejé de querer festejar mi cumpleaños y la vida misma. Hoy, después de un largo proceso, celebro cumplir 39 años.

leer más