Voy entendiendo por qué, cuando tenía 6 años, perdí audición.
¡Había tantas cosas que no quería escuchar!
Pero la medicina se encargó de que la recupere, lastima que no se encargo de cerrarle la boca a los que tenía alrededor.
Qué triste que las personas encargadas de tener que llenarte de amor, te llenen de bronca, rencor, resentimiento y odio.
Aun hoy, adulta y todo, sigo sin poder hacer oídos sordos.
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