Sweet Liberation – Día 5: Cuando la esperanza se pierde…

Aquí estoy, sentada frente a la computadora. El mate y el termo a la derecha. El celular sin sonido. Listo. Pasó una semana de la última vez que hice este ritual que tanto placer me da. ¿Por qué? Tuve un paro “blogger-inpiratorio” (si, estoy tan loca como para inventar una enfermedad bloguera). No, no es […]
Escrita el 3 de mayo de 2014
Inicio 9 Sin categoría 9 Sweet Liberation – Día 5: Cuando la esperanza se pierde…

Aquí estoy, sentada frente a la computadora. El mate y el termo a la derecha. El celular sin sonido. Listo. Pasó una semana de la última vez que hice este ritual que tanto placer me da. ¿Por qué?

Tuve un paro “blogger-inpiratorio” (si, estoy tan loca como para inventar una enfermedad bloguera). No, no es que no tengo de qué escribir, al contrario, tengo una lista muy larga. Pero cada vez que me senté en estos días no salían las palabras. Yo le decía “dedos, muévanse” y ellos nada, jugaban a escribir de forma mecanográfica. Cada dos minutos me acomodaba, se me dormía el pie. En fin, no pude.

El primer día me puse mal. ¿Cómo que no puedo escribir? ¡Quiero vivir escribiendo, esto me tiene que salir de una!

El segundo ya me preocupé y me enojé conmigo misma: ¡Pero dale nena, no ves que tenes que seguir con Sweet Liberation y después seguir subiendo recetas veganas y empezar a crear el Veo Veo mientras esperas para escribir un poema con un grupo de escritores!

El tercer día me preocupé y busque en Google los síntomas de un ACV. Si, vengo de una familia un poco hipocondriaca. ¿Un poco dije? ¡Un poco mucho más bien!

Ya el cuarto casi hago volar la tecla con la que se borra. ¡Pero qué bronca tener tanto por decir, tanto por transmitir y no poder hacerlo! Siento que acumulo sentimientos y emociones y tengo que largarlos de alguna forma y escribir es una que me encanta.

Después, la noche del quinto día me puse a reflexionar. “¿Por qué esta obsesión?”, “Hay que dejar fluir” escuchaba en mi interior. Y yo refunfuñaba y le decía “Si, tenes razón” como cuando un nene le dice “si mama” después de haber sido castigado.

¿Será que estos días no estuve donde siempre escribo? Más vale que te acostumbres porque en breve salimos a viajar de nuevo y todos los días va a ser un lugar diferente.

Ahhhh, vos me queres preguntar dónde estuve. ¡Qué chusma! Fui a visitar a mi mamá y a un taller de cocina vegana con tan pero tan “buena” suerte que caí cuando estaban terminando una obra en su casa y tuve mucha más suerte cuando deslizó un “no sé cómo voy a hacer para ordenar y limpiar todo esto” y yo me ofrecí a quedarme para ayudarla.

No ma, no me estoy quejando (si, ella me lee). Al contrario, encerar todo el piso del living-comedor me ayudó muchísimo. Estar ahí, sola, puliendo, pasando cera y luego la lustradora de piso (hacía años que no usaba esa máquina) me dio tiempo para pensar y meditar… el problema era que después no podía ponerlo en letras, palabras y frases.

¿Ustedes creen en la magia? ¿En la envidia? Bueno, en esta última la mayoría va a decir que sí. Yo creo en las dos y la envidia es peor que la magia “negra” (pucha, qué obsesión esto de que blanco es igual a bueno y negro es igual a malo).

El viernes yo me senté a escribir luego de contestarle a unas personas que me preguntaron qué hago, “amo lo que hago que es viajar y escribir”. Y ya no pude escribir. Y ahora caigo, que me re contra envidiaron y me tiraron mala onda. Lo sé porque después el sábado hasta mi cuerpo daba señales de estar defendiéndose de algún ataque.

Qué feo darse cuenta que las personas que deberían amarte, quererte, cuidarte te hacen daño y te envidian. ¿Vos decís que no se dieron cuenta? No, no lo creo. No es la primera vez que pasa si me pongo a pensar.

Yo antes pensaba que la familia que elegí antes de venir al mundo tenía que ser mi familia si o si y me obligaba a llevar una relación que me hacía mal porque “son mi familia”. Después entendí que las relaciones humanas no se fuerzan, que podemos tener el mismo apellido (paterno o materno) o no, podemos haber sido grandes amigos en la infancia, confidentes, etc pero si se cortó, se cortó. Capaz que lo malo es cuando se corta por falta de comunicación y malos entendidos o gente que se metió en el medio para hacernos mal.

Esto primero me pasó con mi papá. Nunca tuve una relación de padre-hija buena. Nunca. Él capaz creyó que si en algunos periodos, pero era mentira. Yo simulaba para intentar tener una relación con el pero no había caso, me hacía mal. Iba a su casa porque tenía que ir, no porque quería ir. Lo saludaba el día del padre porque así me decían que debía ser, pero yo nunca lo sentí así.

Ya se, no te preocupes, no sos el primero que lo piensa y te aseguro que hasta me lo han preguntado en medio de un mar de lágrimas.

¿Cómo puede ser que me duela la muerte de un padre al que nunca sentí así y con el que nunca tuve una buena relación? 

¿Cómo puede ser que hayas llorado el día que se murió?

(Si, hubo gente que me preguntó eso)

No es difícil de explicar pero por lo visto si de entender.

Algunos sueñan con jugar al fútbol, otros con recibirse de alguna carrera universitaria, muchos con ganar la lotería. Bueno, uno de mis sueños era tener algún día una buena relación con mi padre. Que algo lo hiciera cambiar y empezara a demostrarme amor. Sobre todo de la forma en que me a mi me hubiera gustado, claro esta. Porque ahora, a la distancia, veo que un acto de amor por parte de él era mandarme un mensaje a las 0:00 (con 1 segundo) el día de mi cumpleaños. Acto de amor fue el día que tenía que presentar un dibujo para la materia Artística y yo de dibujar, cero. Y él, en esos días que era bueno y que tan pocos sentí que fueron, se ofreció a hacerlo. Fue el único 10 (diez) que me saqué en esa materia en los 5 años de secundaria. Estábamos tan felices los dos. Se lo regale. Sí, qué loco… él me lo dibujo a mi así que por regla era de él, pero yo se lo regale porque estaba orgulloso de su dibujo. Hoy es el recuerdo del día que él se pudo comportar como hubiera soñado que se comportara todos los días.

Y por eso lloré cuando se murió, y por eso lloro ahora escribiendo esto. Porque se murió esa esperanza, y la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?

¿Y después de la esperanza perdida qué hay? Porque es re linda la frase «la esperanza nunca se pierde»… ¿Ah si? ¿¿¿¡¡EXPLICAME CÓMO HAGO PARA TENER UNA BUENA RELACIÓN CON UN PADRE QUE YA NO ESTÁ FÍSICAMENTE!!???

Es doloroso. No sé cuándo superaré todo esto. Y a veces me veo repitiendo el tema, una y otra vez y pienso… ¿Otra vez? ¿No tenes algo más lindo de qué hablar o escribir? Esto es parte de mi liberación, en este caso, de algo que me duele mucho pero que siento que cada vez duele menos.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Otros textos que escribí y te pueden interesar…

Semillas

Desde que llevo una dieta vegetariana estricta (no carnes, ni grasas animales, ni lácteos, ni...

leer más