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Hoy estuve pensando, o reflexionando o tratando de entender por qué no se me ocurre qué escribir (aunque tengo mil palabras para sacar afuera) en los momentos en los que no viajo. ¿Ahora solo puedo escribir lo que vivo día a día en torno a un viaje?¿Le cerré «las puertas» a mi pasado? ¿A mis miedos, […]
Escrita el 22 de marzo de 2015
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Hoy estuve pensando, o reflexionando o tratando de entender por qué no se me ocurre qué escribir (aunque tengo mil palabras para sacar afuera) en los momentos en los que no viajo. 

¿Ahora solo puedo escribir lo que vivo día a día en torno a un viaje?

¿Le cerré «las puertas» a mi pasado? ¿A mis miedos, mis enojos, mi bronca?

¿Ya no me interesa escribir para reflexionar sobre cómo fui cambiando en los últimos cinco o diez o quince años?

Y no. Claramente siento todo lo contrario. Necesito sacarme de encima tanto sentimiento, tanta emoción que no me hace bien. 

Más en estas últimas semanas donde personas que llevan parte de mi adn estan jugando en mi contra (besitos para ellos, se que me leen, les encanta saber de mi, comprense una vida, se los digo de onda).

Necesito, más que nunca, sacar afuera lo que me hace mal, lo que me angustia, lo que me duele, lo que me da miedo y me asfixia.

Si, lo admito. No me queda otra. Para poder «curarse» de una enfermedad primero hay que aceptar que uno la tiene y que necesita ayuda. ¿No?

Bueno. En promedio, desde hace más de tres años, tengo un ataque de angustia y ansiedad (ataque de panico) por mes. Si, aun viajando (gracias amor por el aguante).

¿Qué es un ataque de angustia y/o ansiedad y/o pánico?






¿Y qué hago con eso? ¿Cómo puedo «curarme»?

Y en el medio aparece este blog, que ya tiene casi once años. 

Descubro que, más allá de lo que esta publicado y lo que hay en borrador, hay varios textos dando vueltas por ahí. Papeles, papelitos, notas, libretas. Incluso he escrito detrás de un folleto de un restaurant.

Entonces entiendo que la escritura es mi forma de expresarme, de desahogarme, de organizar lo que me pasa, de ponerle nombre, apellido y hasta rostros a mis lágrimas, a mis miedos, a mis rencores, a mis broncas.

Y entre todo esto, empecé a pensar cómo hacerlo.




Me sirvieron muchisimos las dinamicas creativas. Tanto los «días de abecedario» como el «Sweet Liberation». Si tengo que hacer una dinamica más, me queda por hacer la de escribir 30 días seguidos.

Me llama mucho la atención esa dínamica, pero el tema es que antes de un mes voy a estar viajando de nuevo y (no es mala onda, es conocimiento de causa) no voy a tener acceso a internet todo el tiempo para publicar y tampoco se si tendre tiempo para sentarme a escribir todos los días.

También se me estan viniendo a la mente muchas dinamicas creativas para realizar y que me servirán para estimular mi escritura y desahogo.

Pero estoy en eso, estoy en el proceso de buscar la forma de que la escritura siga ayudandome en mi proyecto de «desangustiarme». No se si existe la palabra. Si no, les pido perdón a los de la RAE y a los fanaticos del idioma porque es la que voy a usar.

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