Después de un ataque de angustia

Me miro al espejo y no sé bien qué es lo que refleja. ¿Esa soy yo? Tuve muchos, demasiados cambios en los últimos cinco años. Lo más fuertes fueron hace más de tres. Si miro mucho tiempo esa cara, puedo ver que detrás de esas ganas terribles de sonreír, hay una mujer con los ojos […]
Escrita el 25 de marzo de 2015
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Me miro al espejo y no sé bien qué es lo que refleja. ¿Esa soy yo?

Tuve muchos, demasiados cambios en los últimos cinco años. Lo más fuertes fueron hace más de tres.

Si miro mucho tiempo esa cara, puedo ver que detrás de esas ganas terribles de sonreír, hay una mujer con los ojos hinchados de tanto llorar.



Muchas angustia contenida, mucho dolor que a veces hasta descubro que siento en esos momentos en que el cuerpo suelta la toalla y deja libre a todos los sentimientos contenidos. De los buenos y de los otros. Pero los otros tienen más fuerza.

A veces me siento mala persona. ¿Sabes?

Me pregunto si todo lo que me pasó fue producto de que en alguna vida anterior encarne a un dictador hijo de puta. Pero si de karma se tratase, ya me han dicho y he leído que no trabaja de esa forma la ley de atracción o la ley de la vida.

Si sé que he venido a aprender. Todavía no termino de tener muy en claro qué.
Tampoco logro descifrar por qué no puedo estar bien. Por qué, cuando creo haber encontrado algo que me gusta, que me hace bien, que quiero hacer todos los días de mi vida, siempre están los fantasmas (reales y de los otros) molestando y haciendo que pise en falso y me caiga, literalmente, a un pozo profundo.

Ese pozo profundo lo conozco. No es algo para poner en un currículo. Pero lo conozco. He estado allí un montón de veces y creo haber salido. Pero hay días que me cuestiono si realmente salí o es que mis deseos me hacen creer que así fue.
Me duele mucho tener esta odiosa actitud (¿es una actitud o qué?) de tener que sentir valorada por lo demás. Y cuando no es así, me desplomo y empiezo a maltratarme de una forma terrible.

¿Por qué tanto bronca hacia mí?

¿Por qué tanto dolor y sufrimiento?

¿Cuándo podre sacar de adentro todo lo que me hace mal?

¿Cuándo podre sonreír de verdad y no ocultar las ganas de llorar por no entender un pasado que paso pero que dejo tantas huellas que se hace difícil el camino a seguir?

Porque el problema, no son las huellas que ya están. Sino las que sigue haciendo hacia delante. Es como si fuera una carrera y me ganase todos los días. Pasa antes que yo y me deja un terreno que a veces es difícil de transitar.



Yo sé que tengo que dejar de preguntar por qué. Lo hago, te juro que lo hago.

No es que estoy vencida. No. Estoy de pie. Sé que la pregunta es el para qué. Se lo vivo diciendo a las demás personas. ¡Qué hipócrita lo mío!

Sé que no puedo volver al pasado y cambiar nada. Y también que no cambiaría nada porque todo lo que sucedió es lo que me hace ser lo que soy.

¿Y me gusta como soy?

Ahí está la respuesta.

¿Por qué no me gusta como soy?

¿Ya no cambie demasiado en los últimos años como para seguir cambiando?

¿Cómo pretendo que los demás me quieran si no me quiero yo?

¿Vos te querés?

¡BASTA!

Deja de preguntar. Deja de lastimarte. Dejate sanar. Es imposible que cicatrices si las heridas las abrís todos los días. Deja todo por un momento. Serenate. Llora, si. Nadie dice que no llores. Pero que esas lágrimas sirvan para limpiar, no para lastimar.

Seguí haciendo lo que te hace bien, eso no lo dejes nunca. Como esto de escribir.

¿Qué más te hace bien? Vamos… tiene que ser una lista larga porque te conozco.

¿Me estoy hablando a mi misma? ¿Me volví loca? ¿Hablo de mí en tercera persona? ¿O es unaforma literaria, una forma de escribir? ¿Soy yo, mente, hablando mi, corazón? No entiendo.

No entiendo. Me acabo de dar cuenta lo que estoy haciendo y no sé si es muy normal.
No quiero volver a ese mundo dormido. Quiero estar despierta por más que duela el doble.

Y si pongo todo en tercera persona…

¿Sera más fácil poder decir lo que realmente siento y me pasa?

De verdad, creo que no es algo “normal” hablar de uno mismo como si fueras otro.
Pero, si logro abstraerme y ver todo como desde afuera y puedo decirte algo que vos capaz ni siquiera tuviste en cuenta. ¿Qué hay de malo?

No lo sé.
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Estas palabras fueron escritas hoy, 25 de marzo.

Ayer tuve un ataque de angustia. Uno muy fuerte. Creo que el último que había tenido así fue en noviembre del año pasado. La diferencia es que aquella vez no me detuve a pensar qué me pasó, qué fue lo que desencadeno un episodio así.

Ayer y hoy decidí que debo escucharme, a mí, a mi cuerpo y a mi mente, y seguir ordenando un poco mi biblioteca. Sé que tengo un futuro hermoso por delante y que no puedo dejar que los fantasmas del pasado (ni yo misma) me impidan así vivirlo.


Si leíste esto y no entendiste nada, tranquilo… a mí también me cuesta comprender.


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