Cambio radical.

Estoy transitando una etapa de cambios. Sin ir mas lejos, en 20 días estaré arriba de un camioncito yendo a mi próximo destino: DISFRUTAR LA VIDA. Y eso es lo que tengo pensado hacer y por lo que voy a luchar. Dejar un trabajo estable de 5 años y medio, estable porque sabia que el […]
Escrita el 30 de agosto de 2012
Inicio 9 Sin categoría 9 Cambio radical.

Estoy transitando una etapa de cambios.

Sin ir mas lejos, en 20 días estaré arriba de un camioncito yendo a mi próximo destino: DISFRUTAR LA VIDA.

Y eso es lo que tengo pensado hacer y por lo que voy a luchar.

Dejar un trabajo estable de 5 años y medio, estable porque sabia que el ante ultimo día hábil del mes tenia mi sueldo depositado en la cuenta. Desde que entre, nunca me gustaron los trabajos que tenia que hacer. No hubo día en que esperaba con todo mi ser a que sean las 18 horas para salir corriendo de ahí. Hice tareas operativas, tareas contables, pase a una sucursal para atender al público. Nada de nada me hizo sentir que valiera la pena. Al contrario, me sentía triste por sentir que mis horas (mi vida) no valía nada, o si… el sueldo a fin de mes para gastarlo en obligaciones y ver cuanto me queda para disfrutar.

Esto también se agravó por el hecho de no tener una vocación decidida. Me imagino que el que le gusta ser doctor, trabaja con gusto de hacer lo que hace. Nunca me pasó eso.
Empecé estudiando Ciencias de la Comunicación, la deje por la mitad porque no sabía para que la estudiaba… es decir, no sabia de que quería trabajar. O si, me hubiese encantado trabajar en radio pero en el ISER me dijeron que mi voz es un chillona y gangosa y que me iba a costar mucho poder trabajarla. Y me deje llevar por eso y nunca lo intente. Grave error: nunca dejes que te digan lo que podes y lo que no podes hacer.

También tengo muchas ganas de escribir libros. Si, pero nunca me dedique a escribir. No tenia tiempo.
Lo mismo me paso con la carrera corta de Organización de Eventos que hice. Me gusta, pero trabajando 9 horas por día mas hora de ida y hora de regreso a mi casa, no tuve tiempo.

No tuve tiempo ni para pensar en lo que quería. Tiempo, tiempo… Uno deja para después «cuando tenga tiempo» pero es tan difícil llegar a ese momento… porque después tenes tantas cosas para hacer que no sabes por donde empezar!!

Con el comienzo de este proyecto empezamos a vender todo aquello que costó comprar, que costó conseguir, solo para abrazar estas ganas de experimentar lo que se siente estar haciendo lo que uno quiere, lo que a uno le gusta, el tener tiempo para hacer lo que uno quiere.

Al principio resultó difícil… ir vendiendo, regalando… ir despojándose de lo material. Hoy te aseguro que es tan placentero, siento que me voy sacando de encima mochilas. Veo que el 70% de las cosas eran y son prescindibles, que a lo sumo lo que importa es la heladera y la cama. El lavarropas es una comodidad, pero tampoco me ha pasado nada malo cuando lo tuve y lavaba a mano o mandaba a lavar. El televisor entretiene, si tantas veces me he dado cuenta que entretuvo al punto de no haber hablado una palabra con mi pareja mientras cenábamos, o peor, no recordar si la comida estaba rica o le faltaba sabor. Me entretuvo tanto que se me pasaron las horas sin darme cuenta, y hasta me hizo olvidarme de cosas importantes.

Ahora solo estoy ansiosa por tener el departamento vacío. Si, vacío. Y tener el motorhome, El Forastero, equipado con todo y solo lo necesario.


0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Otros textos que escribí y te pueden interesar…

Semillas

Desde que llevo una dieta vegetariana estricta (no carnes, ni grasas animales, ni lácteos, ni...

leer más