No todo es perdonable. Así lo siento desde hace años. Siempre me pareció injusto que me obliguen a perdonar a quienes me hicieron mucho daño. Y más injusto fue que me hagan creer que soy mala persona si no perdono. O que me voy a llenar de rencor y resentimiento, se me va a pudrir el alma y desarrollaré una enfermedad mortal. O sea, que al final soy la victima de todo tipo de violencia y además la que se muere por no querer perdonar algo que creo que es imperdonable.
Con los años y en terapia entendí que lo del perdón viene de las religiones. Estoy alejada desde hace más de 20 años de la religión que me impusieron. Y por suerte pude apostatar hace un poco más de un año (apostatar es ser borrado de los registros de la religión). Para mí fue una acción tan pero tan liberadora. Porque pude elegir. Yo elegí. Y esa es la libertad.
Pero sin irme por las ramas, como hago siempre, cuando entendí que no tengo la obligación a hacer lo que otras personas creen y que, para mí, era una tortura que me pidan perdonar hechos y personas, sentí que me quité una gran mochila de encima. Y que en vez de destinarle tiempo a buscar el perdón, podía centrarme en mí y en esa nena que quedó sola en el rincón.
Y hubo cambio de 180 grados. Lo siento. Me pude conectar con mis emociones y respetarlas.
No busco cambiarle la forma de pensar a nadie. No busco derrocar la idea religiosa del perdón ni armar una revolución anti religiones (quizás sí de la cúpula de las instituciones y sus manejos para obtener ganancias pero eso es otro tema).
Solo busco sentirme bien conmigo misma. Y obligarme a perdonar a quien me insultó, me denigró y me pegó desde que tengo memoria por más que sea mi padre me hacía sentir mal conmigo misma. Lo mismo con quien abusó de mí durante más de un año cuando tenía nueve años. Es imperdonable todo lo que me hicieron sufrir. IMPERDONABLE en mayúsculas.
¿Por qué tenemos que perdonar todo? ¿Acaso no es más importante ser fiel a una misma y sus emociones? No me siento llena de rencor y resentimiento como querían hacerme creer que iba a estar sin no encontraba perdonar a aquellas personas que me lastimaron. Tampoco estoy en búsqueda de venganza. Sí, quizás me gustaría que hubiera justicia. Y ojalá algún día pueda tener fuerzas para afrontar ese proceso.
Porque así como hay situaciones que viví y que recuerdo recién ahora o que la mente me lo muestra como una película y son momentos que no tenía presente, así también me faltan escenas de mi vida y no las puedo recuperar. No puedo por un tema de cómo funciona la psiquis de las personas. Es tan doloroso lo que viví que mi mente optó por borrar eso de mi conciencia para que pueda seguir adelante. Así es como solo tengo el recuerdo de un dolor muy fuerte en mi bajo vientre y de ver sangre en mi bombacha cuando llegué a mi casa. Y no sé qué pasó antes. Solo se que era en la época en que abusaron de mí. Y eso no lo voy a perdonar nunca. No hay justificación. No hay nada que me pueda hacer pensar “ah sí, ahora entiendo lo que pasó y lo perdono”.
Y por eso, por más que sean re lindas esas frases positivas, a mí me generan una contradicción. Lo mismo que esa idea de que todo lo que nos sucede es para aprender y evolucionar.
¿Alguien puede explicarme qué debería haber aprendido de los golpes de mi padre? ¿Y del abuso sexual? ¿Y cómo todas esas situaciones son para evolucionar? ¿Para evolucionar en qué? ¿Cómo persona? ¡Pero vayanse a cagar!
Lo mismo que “si sucede, conviene”. ¿En qué me convendría sufrir violencia? ¿Por qué me convendría a mí y no a otras personas que no lo sufrieron? ¿Quién elige a quien le conviene y a quien no?
Disculpen, pero para mí son mensajes dolorosos. Lindas palabras, sí, no lo discuto. Pero nadie pudo responderme esas preguntas sin parecer una persona sádica.
Porque me respondieron cosas como: “así te convertiste en una persona fuerte” (lo que no te mata, te hace más fuerte). Ajá… Y las personas que son fuertes y que no sufrieron como yo, ¿cómo hicieron? ¿Por qué yo no pude tener la misma suerte de volverme una persona fuerte sin violencia? Y lo más importante… ¿quién dijo que yo quería ser una persona fuerte como para elegirme las situaciones que viví?
Seguramente notes que estoy enojada. Porque lo estoy. Porque durante mucho tiempo me quisieron inculcar creencias que para mí son muy dolorosas y me corrían del eje.
La más grave es la de “elegiste vivir todo esto antes de nacer para aprender ciertas cosas y evolucionar”.
¿Pero de qué me están hablando? ¿Eso es la vida? ¿Venir a sufrir? ¿Para aprender qué? ¿Evolucionar a dónde? Aparte, después te hablan de amor propio. ¿Alguien puede explicarme cómo sentiría amor propio si, teóricamente, soy la responsable de lo que viví?
Amor propio es respetarse. Es reconocerse víctima y abrazarse. Es comprometerte con vos misma.
Para mí, una gran frase es la de Jean Paul Sastre:
«Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros»
Y el amor propio es hacer de una la persona que quiere ser, a pesar de todo lo que nos hicieron, nos hacen y nos van a hacer.
Foto de Matheus Bertelli en Pexels
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