¿Qué es la escritura automática?
La escritura automática, también conocida como “el fluir de conciencia” es la técnica de escribir lo que pasa por tu mente pero sin ejercer censura de ningún tipo, ni moral, ni social. Es decir, escribir lo que quieras y como quieras.
El objetivo de esta técnica es vencer la censura que ejercemos sobre nuestro inconsciente. Escribir sin que nuestra mente nos bloquee sobre la forma en la que escribimos o sobre lo que escribimos. Escribir sin pensar ni reflexionar. En estos textos no importa el razonamiento lógico o el tipo de lenguaje usado.
Un poco de historia
El origen de la escritura automática no está relacionada con la literatura, sino más bien con el deseo y una de las formas de las personas médiums de comunicarse con el “más allá”.
No fue hasta pasados unos años del siglo XX que se introdujo esta técnica a la escritura literaria gracias a André Breton (1896-1966), escritor, poeta, ensayista y teórico del surrealismo, reconocido como el fundador y principal exponente de este movimiento.
Durante la primera guerra mundial trabajó en hospitales psiquiátricos y estudió las obras de Sigmund Freud y los experimentos que realizó con la escritura automática. Esta experiencia lo influyó en la creación de la teoría surrealista.
¿Qué es el surrealismo? En palabras de la RAE es el “movimiento artístico y literario que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente».
De esta forma, André Breton introdujo la escritura automática como técnica en la construcción literaria con el objetivo de tener una obra que naciera del subconsciente y lo onírico y que muestre como el lado oculto de quien escribía. Creía que así se tendría una obra libre de cualquier tipo de censura.
Dicho por palabras del mismo André Breton en Manifiestos del surrealismo:
«Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral».
Es importante mencionar que este método tuvo una crítica negativa en Europa en la primera mitad del siglo XX, donde el principal argumento era que no existe forma de liberar el subconsciente de una persona.
Ejemplos de la escritura automática
Quizás es más fácil comprender el concepto de la escritura automática con un texto de André Breton, “Mi Mujer con cabellera de incendio de bosque».
“Mi mujer de cabellera de fuego de madera
De pensamientos de relámpagos de calor
De cintura de reloj de arena
Mi mujer de cintura de nutria entre los dientes del tigre
Mi mujer de boca de escarapela y de ramo de estrellas de última magnitud
De dientes de huellas de ratón blanco sobre la tierra blanca
De lengua de ámbar y de vidrio frotadas
Mi mujer de lengua de hostia apuñalada
De lengua de muñeca que abre y cierra los ojos
De lengua de piedra increíble
Mi mujer de pestañas de palotes de escritura infantil
De cejas de borde de niño de golondrina
Mi mujer de sienes de pizarra de techo de invernadero
Y de vaho que empaña lo cristales
Mi mujer de hombros de champaña
Y de fuente con cabezas de delfines bajo el hielo […].”
Beneficio de esta técnica de escritura
Si bien en la actualidad no se utiliza el método de la escritura automática para crear obras literarias completas (salvo que sea surrealista), es una técnica que varias personas usan por encontrar en ella diferentes beneficios. Quiero destacar que no solo es usada por escritores y escritoras sino que puede utilizarse para conocerse a una misma de forma terapéutica.
Ayuda a superar el bloqueo al querer escribir
Es normal que entre quienes nos gusta escribir haya un miedo: la hoja en blanco. Es decir, no saber qué escribir o cómo continuar un texto. Los motivos del bloqueo pueden ser por diferentes razones. Pero, independientemente del por qué, la escritura automática puede ayudarte a liberar ese bloqueo.
¿Por qué? Basada en mi experiencia, a veces no sé de qué escribir cuando en verdad es que no quiero escribir sobre un determinado tema que está como insistente en mi mente. El motivo más común es porque es un tema muy doloroso y no siempre estoy emocionalmente preparada para el subibaja de sentimientos. Entonces lo que hago es ponerme a escribir de cualquier cosa. Incluso tengo hojas enteras de cuadernos donde solo escribí “no sé qué escribir, no quiero escribir sobre mi pasado”. Y luego de varias veces de repetir esa frase, aparecía alguna idea sobre qué escribir.
Voy a transcribir uno de los textos que salió de esas veces en las que “no sé qué escribir, no quiero escribir sobre mi pasado”.
“No sé qué escribir, estoy cansada de escribir sobre mi pasado. Cansada de llorar. Pero parece que solo puedo escribir sobre mi pasado. No sé qué escribir. No sé qué escribir. No sé qué escribir. No sé qué escribir. Pero si no escribo sobre mi pasado, ¿sobre qué puedo escribir? ¿Se escribir sobre otra cosa que no sea mi pasado? ¿Sobre qué quiero escribir? No sé qué escribir. En mi mente solo aparecen imágenes y recuerdos tristes. Los vomito. Directamente los vomito. Aparece solo eso. Pero no quiero. No quiero escribir sobre mi pasado. Pero no sé qué escribir. ¿Y si escribo sobre el ruido de los pájaros a la mañana? ¿Y si escribo sobre los colores del cielo? ¿Y si escribo sobre el té de manzanilla que estoy tomando? ¿Y si escribo sobre lo cansada que estoy de estornudar todas las mañanas? ¿Y si escribo sobre mis dedos que siempre están fríos a pesar de ser los únicos que se mueven mientras escribo?”
Y de ese texto libre en el cual me quejaba, nació este otro texto que titulé “Solitaria alba”:
Un gallo que canta.
Luces encendidas.
Yo estoy escondida
en la oscuridad.
¿Por elección?
Todo esta tan quieto.
Hoy amanecerá gris como ayer.
Los pájaros de a poco se animan
El viento sigue durmiendo
Nada se mueve.
Solo mis manos y mi mente.
Ella esta tan lejos,
va y viene.
Ella conoce otros mundos.
El silencio, disfruto el silencio.
Solo el ruido de mis dedos
traduciendo en palabras
desde adentro hacia afuera.
Y lo que el exterior provoca en el interior.
Perros que ladran.
¿Ese será su lenguaje?
¿Qué se dirán?
Me recorre un escalofrío por la espalda.
No parecerá raro porque estamos en otoño.
Y por la mañana nos visita el invierno.
Pero yo me conformo
en pensar que me visita alguien a quien extraño.
A quien empiezo a olvidarme la voz.
O a quien nunca se la conocí.
Va aclarando.
No hay sol, pero va aclarando.
Qué linda es la mañana
cuando lo primero que hago
es escribir lo que me nace.
Y así es como podés usar la escritura automática para destrabar el bloqueo sobre qué escribir y encontrar inspiración dentro del texto creado a partir del simplemente hecho de escribir lo que se te pasa por la mente sin censura.
Cómo practicar la escritura automática
André Breton explicó cómo es el proceso para realizar escritura automática en el Primer Manifiesto:
«Haced que os traigan recado de escribir, tras haberos instalado en el lugar más favorable para la concentración de vuestro espíritu en sí mismo. Colocaos en el estado más pasivo o receptivo que podáis. Haced abstracción de vuestro genio, de vuestro talento y del talento de todos los demás. Repetid para vosotros mismos que la literatura es el más miserable camino que conduce a todo. Escribid a prisa, sin tema pensado de antemano; lo bastante a prisa para no recordar y no veros tentados a releer lo escrito. La primera frase vendrá por sí sola, tan cierto es que en cada segundo hay una frase, extraña a nuestro pensamiento conciente, que está pidiendo exteriorizarse…».
Algo importante es que el mismo Breton sabía que es difícil mantener ese estado de “no conciencia” para escribir. Por eso desarrolló una técnica para mantener en ese estado: «A continuación de la palabra que os parezca de origen sospechoso (conciente) poned una letra cualquiera, la letra L, por ejemplo, siempre la L, y al imponer esta inicial a la palabra siguiente conseguiréis que de nuevo reine la arbitrariedad».
Pero bueno, más allá de que resulte difícil que podamos, de alguna forma, “bloquear” la consciencia a la hora de escribir, hay una serie de sugerencias para practicar la escritura automática.
1 – Buscá un buen lugar tranquilo, en el que te sientas cómoda y no tengas distracciones.
2 – Realizá ejercicios de respiración que te ayuden a bajar el ritmo y relajar tu cuerpo y mente. Respiraciones profundas tomando aire por la nariz mientras contás 1, 2, 3 y 4. Luego retené el aire por 4 segundos más y soltá el aire lentamente contando de nuevo pero hasta 8 (en lo posible). Este proceso repetilo al menos tres veces.
3 – Intentá no distraerte con tus pensamientos. Esto no significa que no tengas pensamientos (creo que es imposible). Al contrario, quiere decir que vas a tener pensamientos pero que los vas a ver aparecer y los vas a dejar ir. Como si fueran nubes en el cielo.
4 – Agarré papel y lapicera y empezá a escribir. Lo que se te venga a la mente. No importa si tiene coherencia o no. Vos escribí. Escribí sin importar la ortografía o la gramática. De eso te vas a encargar después. No importa si no hay coherencia entre un tema y otro. Escribí, escribí, escribí. Incluso podés escribir insultos. Esos que no te animarías a decirle a una persona que tanto lo deseas. Escribilo.
Si sentís que te invaden emociones fuertes o que tus pensamientos hacen mucha presión, podés frenar de escribir. Volver a realizar ejercicios de respiración y continuar o simplemente dejar el ejercicio de la escritura automática para otro momento.
Una aclaración importante que quiero hacer antes de terminar es que la escritura automática no es lo mismo que las páginas matutinas del libro “El camino del artista” de Julia Cameron. Si bien hay personas que los asocian y comentan que escribir todas las mañanas es practicar la escritura automática, no es del todo correcto la asociación.
En principio porque en el libro de Julia Cameron, las páginas matutinas son un ejercicio dentro de un proceso con más ejercicios que te ayudan a conectar con tu creatividad. Además, las páginas matutinas que ella propone es un ejercicio que consiste en escribir tres páginas por la mañana. En la escritura automática no se pone un límite al escribir.
Y, por otro lado, Julia Cameron recomienda no leer lo que escribiste en las páginas matutinas. Simplemente dejarlas ahí. Mientras que en la escritura automática de Breton, luego de escribir con este técnica se buscaba corregir y darle una estética al texto creado. Son dos técnicas diferentes que podemos utilizar de forma terapéutica. Las páginas matutinas lo que tienen es el objetivo de crear el hábito de escritura todos los días.
¿Qué te pareció la técnica de la escritura automática? ¿La vas a poner en práctica? Compartí tu experiencia en los comentarios.
Fuentes:
Wikipedia: André Breton y Surrealismo
Foto de cottonbro en Pexels
Creo que la Escritura Automatica nos hace bien , porque al terminar se siente la persona mas liviana.
Sí, la escritura automática ayuda a muchas personas a descargar y luego se sienten más livianas. Gracias por tu comentario, Luis.
La escritura automática me parece demasiado sencilla de realizarse. No le veo gran mérito.
¡Hola, Luis! No todas las técnicas de escritura funcionan para todas las personas ni en todos los momentos en los que necesitamos escribir. Para quien tiene un bloqueo, puede ser un buen comienzo escribir con esta técnica. ¡Gracias por comentar!