El ejercicio de escritura, la pregunta para conocerte en este post no es solo una, son varias.
¿Cuántas veces no tenés tiempo para vos misma porque te estás ocupando de los problemas, necesidades y deseos de otras personas?
¿Qué cosas hiciste por otra persona y que realmente no querías hacer pero no supiste decirle que no? Si volviera a suceder lo mismo, ¿cómo te imaginas diciéndole que no?
¿Reconocés que estás siempre tratando de complacer a las demás personas? ¿Qué te hace sentir eso? ¿Qué te hace sentir si el resto de las personas no actúan igual que vos y te dicen que no o te ponen límites?
Este ejercicio lo compartí en el episodio del podcast Diario no íntimo: Página 42 – Decir que no y aprender a poner límites
Para responder la pregunta, te recomiendo:
- Tomate un tiempo para vos, en lo posible, que no vayas a tener interrupciones.
- Podés escribir a mano (tiene más beneficios), en computadora o teléfono.
- Escribí sin censura y sin preocuparte por la ortografía y gramática.
- Si no se te ocurre qué responder, escribí sobre eso. Por qué sentís que no tenés una respuesta para la pregunta.
A medida que vas escribiendo pasarás varios y diferentes estados emocionales. Todos son válidos. Todos son correctos. No hay que frustrarse cuando no sabés qué escribir o cómo continuar un texto. Debemos tener presente que nuestra mente tiene un mecanismo de defensa contra el dolor y, uno de ellos, es intentar ocultar aquello que nos desestabiliza y que nos produce sufrimiento.
Si sentís que el tema o la pregunta te generan un malestar emocional que no podés manejar, dejá la consigna. Podés retomarla más adelante o no.
0 comentarios