Uno de los motivos por los cuales digo que me hace bien escribir es porque después de hacerlo, me siento mejor. Más tranquila, calmada, equilibrada y con mayor claridad mental. El diario de gratitud es una herramienta que, a través de la escritura, podemos desarrollar un hábito que nos permita ser más consciente de las cosas buenas que nos pasan, de lo que tenemos y sentir bienestar.
¿Qué es la gratitud?
La gratitud es una emoción que nos permite centrarnos en las cosas buenas de nuestra vida y sentirnos agradecidas por lo que tenemos. Practicar la gratitud es poner una pausa, darnos cuenta y agradecer por todas esas cosas que damos por sentadas que tenemos y valorarlas. Esto puede ser el lugar donde vivimos, lo que comemos, lo que tenemos, los privilegios. Es un momento para reflexionar y ser consciente de las cosas buenas que nos pasan y que, a veces, por las adversidades de la vida no solemos reconocer.
Cuando sentimos gratitud porque una persona fue amable con nosotras, nos sentimos bien y esa actitud nos puede contribuir a querer realizar acciones positivas. Y a la inversa, tu actitud también puede hacer que otras personas realicen acciones positivas.
Además, la gratitud es una de las 24 fortalezas personales y es considerada una de las emociones positivas por la Psicología Positiva y el modelo PERMA o teoría del bienestar.
¿Qué es un diario de gratitud?
Un diario de gratitud es una herramienta que nos permite hacer consciente y registrar todas esas cosas buenas que normalmente damos por sentado. Nos permite enfocarnos en los aspectos positivos de la vida y no en los problemas o situaciones adversas.
Cuando practicamos la gratitud, es posible que cambiemos la forma de pensar y tengamos una actitud más equilibrada de lo que nos pasa porque dejamos de centrarnos en lo negativo y aprendemos a valorar las cosas positivas. Otro nos permite también generar y desarrollar otras fortalezas personales como la perspectiva y la apreciación de la belleza y la excelencia.
En mi experiencia, practicar el hábito de registrar y escribir en el diario de gratitud me hizo darme cuenta que yo estaba centrada en todo lo malo que me pasó. En mi caso, lamentablemente, durante la niñez y adolescencia sufrí varios traumas que me dejaron la sensación de solo tener recuerdos tristes. Con el diario de gratitud empecé a valorar lo que me pasa en mi presente y, de a poco, recuperé buenos recuerdos de mis primeros años de vida también.
Entendí también que, si estamos todo el tiempo buscando lo malo, lo negativo, los problemas, es normal que también nos acompañen pensamientos negativos. Pero cuando ponemos el foco de nuestra atención (que esto también lo podemos practicar con mindfulness) en las cosas buenas que tenemos y que nos pasan, y que de otra forma no le daríamos importancia, estimulamos nuestro cerebro para que busque y tenga más presente las cosas buenas que nos pasan.
Y un dato científico (tan nerd iba a ser): la gratitud favorece la producción de los neurotransmisores antidepresivos dopamina y serotonina. Pero no reemplaza ningún espacio terapéutico ni un tratamiento psicológico. En todo caso, el diario de gratitud es una herramienta complementaria.
Beneficios de escribir un diario de gratitud
Escribir un diario de gratitud tiene varios beneficios para nuestra salud mental y emocional. Algunos de estos beneficios incluyen:
- Nos ayuda a enfocarnos en los aspectos positivos de la vida y no solo en los problemas o situaciones adversas.
- Genera y desarrolla fortalezas personales como la perspectiva y la apreciación de la belleza y las cosas buenas.
- Estimula nuestro cerebro para que busque y tengamos más presente las cosas buenas que nos pasan.
- Mejora nuestro estado de ánimo y reduce los niveles de estrés y ansiedad.
- Favorece la producción de los neurotransmisores antidepresivos dopamina y serotonina.
Es importante aclarar que el diario de gratitud no reemplaza ningún espacio terapéutico ni un tratamiento psicológico, pero es una herramienta complementaria para mejorar nuestra calidad de vida.
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Cómo empezar un diario de gratitud
Te comparto unas recomendaciones y mi experiencia para que puedas comenzar con tu diario de gratitud.
1 – No te presiones. Hay muchos sitios donde recomiendan que todos los días escribas 5, 10 o más cosas por las cuales estar agradecida. Para empezar, no te pongas una presión ni tampoco te autocensures porque si te pones un límite de 5 por día, por ejemplo, y un día tenés 7 cosas por las cuales agradecer, agradecé por todas.
2 – Si pensar en completar un diario de gratitud todos los días un poco te abruma, empezá de a poco y ponete metas. Por ejemplo, “voy a empezar 2 veces por semana, la otra semana 3 veces por semanas” y así sucesivamente hasta que logres adoptar el hábito diario.
3 – ¿Qué pasa si un día no puedo hacerlo? ¡No pasa nada! No es que se rompe algo o es como volver al inicio. Lo que sí registra y se consciente de por qué no puedes hacerlo. ¿Es por qué justo no vas a estar en tu casa y estarás rodeada de muchas personas? ¿O es por qué estás triste o sin ánimo de hacerlo?
4 – El diario de gratitud no debe ser un cuaderno o agenda especial. Puede ser cualquier cuaderno que destines. Podés decorarlo y darle tu impronta. Y agradece por poder tener un cuaderno y una lapicera para usar y llevar el hábito de la gratitud.
5 – Si preferís lo digital, hay aplicaciones móviles para que lleves tu diario de gratitud en tu teléfono. Estoy diseñando mi app sobre escritura terapéutica que incluirá una sección para que lleves tu diario de gratitud. Si querés recibir un correo contandote cuando esté disponible, suscribite a mi newsletter (envío una carta por mes con reflexiones y ejercicios).
6 – Las primeras semanas podes probar de completar el diario de gratitud en diferentes momentos del día. De esta forma, podrás reconocer en qué momento sientes más bienestar. Si es por la mañana y así comenzar el día con una actitud positiva. Si es por la tarde, antes de que tu mente esté muy cansada y solo quiera dormir. O si es por la noche, para relajarte e irte a dormir con una sensación de bienestar.
7 – Agradecé todo lo que sientas. No te autocensures. ¿Querés agradecer que fue un día con sol? ¡Hacelo! ¿Querés agradecer que llovió porque tus plantas lo necesitaban? ¡Hacelo! ¿Querés agraceder que tu gato o gata te dejó acariciar su panza y hasta te ronroneó? ¡Hacelo! Sentite agradecida por todo lo que quieras.
8 – En relación al punto anterior, agradecer las pequeñas cosas de la vida y esas que les dan belleza a nuestros días, es importante. Agradecer porque florecieron los pimpollos, porque viste como un pájaro cortó una ramita y se la llevó a su nido. Cada vez que me encuentro con alguna vaquita de San Antonio, lo agradezco y pido un deseo porque así lo hacía cuando era niña.
9 – Si querés, podés dedicar más de una línea a un agradecimiento que hagas y en el que detalles por qué estás agradecida. Por ejemplo, agradecer porque te escribió una amiga que hacía tiempo no hablabas. Bueno, ¿por qué estás agradecida? ¿Qué significa esa amiga en tu vida? ¿Qué significó esa charla? Todo lo positivo que puedas registrar, hacelo.
10 – Además de registrar aquello por lo que estamos agradecidas, también podemos centrarnos en aquello en lo que nos sentimos afortunadas, favorecidas, bendecidas, conmovidas, etc.
Bonus – Cuando sientas que estás triste o que las cosas no salen como quisieras y vuelven esos pensamientos negativos y que te hacen sentir malestar emocional, un buen ejercicio es leer el diario de gratitud. Seguro, y espero, que a medida que vayas leyendo, una sonrisa se irá formando en tu rostro. Y si eso no pasa, te envío un fuerte abrazo a la distancia.
Hablé sobre el diario de gratitud en el episodio 30 – Compromiso con lo que nos hace bien.
Otro ejercicio de gratitud es el de escribir una carta de agradecimiento hacia una persona.
¿Comenzaste con tu diario de gratitud? ¿Ya tienes uno? Contame tu experiencia en los comentarios.
Aclaración importante: Comparto este contenido porque me ayudó en mi proceso de autoconocimiento y conexión con mis emociones y pensamientos. No soy psicóloga ni Coach. Si estás pasando por un momento difícil y sentís que necesitás ayuda terapéutica, mi recomendación es que busques una psicóloga o psicólogo para que te acompañe. La escritura es una herramienta que te permite conectar con vos misma pero no reemplaza un espacio psicológico ni el trabajo que realizan especialistas en la salud mental.
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