¿Qué cambios positivos hiciste en tu vida el último año?

Una pregunta que, depende del momento en el que estés, puede ser difícil de responder. Pero que es importante registrar y celebrar los cambios positivos que vivís.
Escrita el 17 de octubre de 2020
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Este es uno de los ejercicios que incluí en la lista de ejercicios de escritura terapéutica que creé cuando no sabía qué escribir y estaba cansada de seguir escribiendo sobre lo mismo.

Confieso que un poco me costó esta consigna porque lo escribí en octubre 2020. Es decir, parte del «último año» incluye los primeros meses del comienzo de la pandemia (¿no te pasa de pensar cómo será cuando leamos todo esto en 2030?).

A lo largo de mi vida, me costó aprender a ver las cosas positivas. Las mías. De hecho, en muchos de mis textos cuento que sentía que solo tengo recuerdos tristes y crueles en mi memoria. Pero gracias al proceso de autoconocimiento y resignificación de mi historia, empecé a visualizar las cosas buenas que me pasaron y las que me están pasando. Y sobre todo, que me merezco que me pasen cosas buenas.

Así que este ejercicio fue poner en práctica la teoría. Me costó pero lo logré. Logré ver algunos de mis cambios positivos y celebrarlos.


Hasta que no empecé a registrar mis días tanto en las páginas matutinas, como en las preguntas diarias o en el diagrama lunar, no fui capaz de observar los cambios positivos en mí. Cambios positivos en mis pensamientos, en mis emociones, en mis decisiones, en diferentes aspectos de mi vida.

¿Por qué es importante registrar los cambios positivos? Esto puede depender de cada persona, pero en mi caso, me da valor, autoestima, confianza. Y no solo confianza en mi misma, confianza en que puedo vivir esa vida que durante tantos años me imaginé.

Tener presente los cambios positivos que se van dando en tu vida, por más pequeños que sean, tiene como beneficio sentirte bien. Es más, me animo a decir que de pequeños no tienen nada. Que la suma de pequeños cambios te harán sentir bien y con ganas de dar el paso para los grandes cambios.

El siguiente texto es la respuesta que escribí en octubre 2020.


Bueno, para ser sincera, lo primero que pensé es “qué cosa positiva voy a encontrarle al 2020”. Pero técnicamente dice “el último año” y eso involucra meses que no fueron del 2020. Además, está bueno tener como rutina el analizar y recordar las cosas positivas y agradecer haberlas vivido. 

Sí, es una especie de sacar belleza de este caos.

Lo primero que se me viene a la mente es terminar de construir la casa y mudarnos. Fue a finales de diciembre. Aunque, pensándolo bien, hay días que cuesta pensar que fue un cambio positivo porque donde vivíamos antes era muy tranquilo. Y acá lidiamos con vecinos y vecinas que no tiene consideración por el resto. Y no hablo solo de ruidos molestos.

Pero todos estos meses intenté que la balanza se incline hacia lo positivo. Eso que decía en otro texto sobre la armonía y cómo hacer para que las demás personas no me afecten tanto en lo emocional. 

Otro cambio positivo fue dejarme adoptar por la Rubia y Robin. Lo pongo así porque es como ocurrió. Llegó ella con su gatito bebé de 30 días. Entraron en casa y ya son parte de la familia. Y también, a pesar del susto inicial con Robin y de acostumbrarnos a convivir con dos gatos, resalto lo positivo que es. Y eso que vivo diciendo que Robin nos agarró ya de adultos y hacía como 10 años que no convivimos con un cachorro. 

Otra cosa positiva del último año es dejar de insultarme mirando al espejo. Esto es un gran logro. Esa mania que tenía de despertar y lo primero que hacía era insultarme, me hacía muy mal. ¡Cómo iba a querer levantarme de la cama así! 

Ahora todavía tengo momentos en los que en mi cabeza aparece esa voz que quiere castigarme. Pero ya la identifico y me pongo firme. No voy a decirme todas esas cosas horribles que me dijeron y que aprendí a decir. No.

Otro cambio positivo del último mes y medio fue ponerme firme con la alimentación. Yo entiendo lo de la pandemia pero la verdad que no está bueno que la use de excusa para haber hecho cosas que sé que me hacen mal. Por suerte, ponele, se vio reflejado en los análisis de sangre al toque y eso fue un cachetazo de realidad. 

Bien, siguen saliendo más cambios positivos.

Empezar y mantener por más de 6 meses las páginas matutinas a mano. Y este sí que es un gran cambio positivo porque escribir a la mañana hace que la reunión de consorcio de mi mente se calme. Para quien no sabe o nunca fue a una reunión de consorcio, es cuando se juntan propietarios y propietarias de departamentos de un edificio a debatir cosas del edificio.  Y sí, por lo general hablan a la vez y gritan. 

Así es mi mente la mayor parte del tiempo. Por eso, hacer y mantener actividades que calmen ese lío mental es uno de los cambios más positivos que tuve en el último año. Y todavía me quedan incorporar mejores hábitos que me ayuden a bajar el estrés.

Puede parecer que no es un cambio positivo pero para mi lo es: invertir dinero en mi. 

Sí, este año y a pesar de las dificultades financieras por la pandemia, me di el momento, lugar e inversión para comprar cursos como el de hacer mandalas en puntillismo o sobre UX (experiencia de usuario). 

Puede sonar tonto pero es un logro. Me cuesta mucho regalarme cosas y momentos. O siempre estoy pensando en las demás personas antes que mí, entonces quizás dudo de comprar un curso online porque con ese dinero le podría comprar algo a Pumba o a los gatos, o algo rico para compartir con Ale o algo para la casa. Como siempre antepongo a las demás personas. Y eso está cambiando. Lo siento hace uno meses.

Bueno, este sí que es un gran cambio también: valorarme. 

Todavía estoy aprendiendo a hacerlo. Y a veces me cuesta o siento que soy egocéntrica o que me la estoy creyendo demasiado. Los extremos y yo en el medio buscando siempre el equilibrio. Pero pasé tantos años, por no decir todos, creyendo que soy una buena para nada, que ahora me permito irme al otro extremo y reconocer todo lo que hago y soy. 

Cambios positivos en mi actitud frente a mis miedos. Animarme a decir lo que siento. Todavía tengo miedo a que las personas se enojen conmigo por lo que digo o pienso. Pero estoy aprendiendo que no soy responsable de cómo actúan las personas frente a lo que elijo hacer, digo o pienso. 

Sigo viendo y celebrando los cambios positivos en mí. Y eso es bueno y es algo que esperaba desde hace mucho tiempo.


Si esta pregunta te aparece un momento en el cual sentís que no hay nada bueno en tu vida, que no hay nada positivo que te haya pasado en los últimos meses, está bien. Es entendible que en los momentos difíciles nos sentimos así y hay que respetarnos.

En ese caso, te propongo otro ejercicio: ¿Cuáles son los cambios positivos que querés vivir en los próximos meses? Y te animo a guardar el texto y leerlo dentro de un tiempo (o cuando lo necesites y quieras).

Otro ejercicio que te propongo es: ¿Qué es lo que te gustaría cambiar ahora en tu vida?

Para los dos ejercicios, podés usar hacer una lista o utilizar la repetición del comienzo de la frase «Yo quiero cambiar…» y escribir todo lo que se te venga a la mente. No importa si las primeras cosas que pensás te resultan menos importantes. Vos escribí todo lo que se te venga a la mente y después lo releés y analizás.

Foto de Ylanite Koppens en Pexels

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