Escribile una carta a esa persona y contale por qué no lo podés perdonar. Descargate, hace catarsis mientras escribís, decile y escribile todo eso que hasta quizás no te animas o animaste a decirle en persona. También podes pensar y decirle que cosas tienen que pasar para que sí puedas perdonarlo. No necesariamente tiene que ser a una persona, también puede ser a una enfermedad, a una situación que te pasó.
Podés leer sobre las cartas terapéuticas y sus beneficios al escribirlas.
Este ejercicio lo compartí en el episodio 47 – No tengo obligación de perdonar.
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